Proteger la piel en verano en dos pasos

17 agosto, 2017

Proteger la piel en veranoEl sol y el calor hacen que proteger la piel en verano sea más una obligación que una recomendación. Tanto el sol como el mero calor, pueden dañar de manera importante la epidermis de nuestro cuerpo y rostro. Por eso, es esencial saber cómo cuidar nuestra salud cutánea, para que no se resienta a largo plazo, aumentando el riesgo de que suframos incluso algún melanoma.

1. El protector solar, indispensable para proteger la piel en verano

Los rayos del sol son muy dañinos para las células de la piel, castigando y haciendo que envejezca demasiado rápido. Hay que tener en cuenta que, con los años, la capacidad de regeneración de la epidermis disminuye. Por lo tanto, el riesgo de que sufra lesiones graves es mucho mayor.

El protector solar debería formar parte de nuestra rutina de cuidado de la piel durante todo el año, pero no podemos olvidar su aplicación bajo ningún concepto en verano. Elegir un nivel de protección solar alto, spf30 o spf50, nos ayuda a evitar quemaduras, pero también es importante que evitemos la exposición al sol en las horas de más intensidad. Es decir, entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.

Igualmente, es importante que usemos un protector solar especial para el rostro, ya que la piel de esta zona es extremadamente sensible y más propensa a la aparición de manchas.

 

2. Hidratar bien la piel, por dentro y por fuera

Hidratarse bien es otro requisito fundamental para proteger la piel en verano. Utilizar cremas hidratantes para cuerpo y rostro ayuda a que tengamos el nivel adecuado de humedad que garantice la elasticidad y flexibilidad de la epidermis.

Igualmente, es importante que nos hidratemos por dentro. Una dieta rica en alimentos hidratantes y antioxidantes permite mantener la buena salud de la epidermis. De esta forma, la piel estará en las mejores condiciones para hacer frente a las agresiones externas provocadas por las altas temperaturas.

– Precauciones extra

Garantizar la hidratación y una buena protección solar nos ayuda a proteger la piel en verano, pero en algunos casos necesitamos mantenernos más alerta ante la acción del sol sobre la epidermis.

El uso de píldoras anticonceptivas y la aplicación de tratamientos con láser son factores de riesgo para la aparición de manchas cutáneas. En estas situaciones, es aun más importante el uso de un buen protector solar adaptado a cada tipo de piel. En el caso del láser, es recomendable acabar las sesiones de tratamiento antes del verano para evitar problemas cutáneos.

– Hacer deporte en verano

La práctica de deporte al aire libre en verano puede ser un factor de riesgo añadido para nuestra salud cutánea. La exposición al sol durante los meses de más calor, con el plus añadido del sudor y el roce de la ropa, puede provocar la aparición de lesiones en la piel.

Actualmente, podemos encontrar en el mercado protectores solares creados específicamente para la práctica deportiva, que son resistentes al sudor y al roce de la piel con la ropa. También es importante que usemos un gel neutro para la ducha posterior al ejercicio, que nos ayude a eliminar todos los rastros de sudor sin agredir la epidermis.

– El efecto del agua

El verano es época de zambullidas en el mar y la piscina. Es importante tener en cuenta que el cloro de la piscina puede afectar la piel y el cabello, por lo que inmediatamente después del baño es necesario que nos duchemos y limpiemos el pelo, además de hidratarnos con productos específicos.

El agua del mar es muy beneficiosa para la piel, pero después de mojarnos es importante que volvamos a aplicar protector solar para garantizar su efectividad.

Cuidar y proteger la epidermis durante todo el año es imprescindible, pero aun más importante es que extrememos el uso de protector solar y cremas hidratantes en los meses de más calor. De esta manera, garantizaremos nuestra salud cutánea.